Hace una semana se inauguró la remodelación, que le costó $ 3 millones al Estado, y los bordes de los bancos ya están rotos o sucios. Los vecinos critican el daño que hacen los skaters con sus patinetas.
El silbato del placero chilla todo el día en la plaza Urquiza. No tiene paz. Si no es porque alguien cruza en moto con total desparpajo, es porque un señor suelta su perro para que vaya a desenterrar huesos, como lo hacía antes. Muchos se niegan a entender que el paseo ya no es el mismo. El Estado ha invertido $3 millones en la remodelación del espacio público, del que algunos se apropian con más egoísmo que otros. Este es el punto. Antes de que los plantines dieran sus primeros retoños ya hay huellas incipientes de maltrato.
Es lo que queríamos que no pasara, es lo que desde nuestro proyecto tratamos de inculcar en niños, jóvenes y adultos ... "a cuidar nuestros árboles", "a cuidar nuestros espacios verdes". FALTA MUCHO TODAVÍA PERO DEBEMOS CONTINUAR SEMBRANDO LAS SEMILLITAS DE LA EDUCACIÓN.
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