PALOS BORRACHOS

Una vez más se nota el desinterés hacia plantas y árboles, como sucede con el palo borracho, noble árbol del norte argentino. Su nombre botánico es Chorisia Especiosa y ahora está en vías de extinción. Con mucha emoción y nostalgia visité La Rioja al 1.500, donde aún se encuentra un viejo edificio. Allí funcionaba la escuela la cual concurrí, donde abnegadas maestras dictaban clases. Recuerdo con mucho cariño a la señorita Lola Font, la señora Agüero, a la directora Carmen Gómez de Adami. En época de zafra, la señorita Lola nos preguntaba si habían llegado los zafreros al ingenio Amalia y nos pedía que la acompañáramos para hablar con las madres de los numerosos hijos que tenían los zafreros. Les preguntábamos cuántos de ellos tenían edad escolar. Por lo general, no querían mandarlos a la escuela; aducían que su estadía era transitoria y que carecían de todo. El ingenio Amalia nos proveía por medio de las maestras los delantales, las zapatillas, la tricota, (hoy llamada polera), la boa (hoy llamada bufanda), los libros y todo lo necesario. Así es como muchos niños de la zona aprendimos a leer y a escribir. En cuanto a los dos palos borrachos que quedaban en calle La Rioja e Independencia, fueron mutilados y quemados; parecen dos gigantes cadáveres de pie, con el gran peligro de que se caigan y provoquen un accidente. También hay dos ejemplares centenarios de palos borrachos en avenida Alem y Rondeau. Otro viejo centenario es el ombú de Santiago del Estero y Rivadavia. Quizás sean los únicos en esas dimensiones. De seguir con ese desinterés hacia plantas y animales, las nuevas generaciones no van a conocer ni las margaritas.

Fuente: Diario La Gaceta - Sábado 18 de Septiembre de 2010

Esta es una reflexión de un lector que en Cartas de lectores, hace llegar al diario de mayor difusión en nuestra provincia. Así vemos que el interés de los ciudadanos por el arbolado de nuestra ciudad es muy grande. .

Próximamente llegaré hasta el lugar indicado por el lector y les pondré unas fotos.